Vive intensamente quien todos los días inventa nuevos trayectos, quien arriesga vestir un color nuevo y le habla a quien no conoce.
Vive intensamente
quien aviva una pasión, quien prefiere el blanco sobre negro y un remolino de
emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los
bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Vive intensamente quien
tiene entrañas de misericordia para llorar las vidas golpeadas y celebrar las
alegrías de cada día.
Vive intensamente
quien da de comer al hambriento y de beber al sediento.
Vive intensamente,
quien pasa los días bendiciendo de su buena suerte y da gracias de la lluvia
incesante.
Vive intensamente
quien no abandona un proyecto antes de iniciarlo, preguntando de un asunto que
desconoce o respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
·
Al vivir así,
INTENSAMENTE, recordamos siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que
el simple hecho de respirar.
·
Solamente la ardiente
paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
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