APRENDIENDO CONSTANTEMENTE

A veces, esperamos la gran felicidad, mientras que vamos despreciando las pequeñas alegrías cotidianas. Esperar, sin hacer otra cosa que esperar y mientras se espera, la vida se va gastando y sin embargo, algunos no se cansan nunca de esperar sin saber que lo que les espera... quizá no les está esperando.
Una cosa es tener esperanza en que algo acontezca y otra muy distinta hacer que todo gire alrededor de su llegada.Seamos suficientemente coherentes para vivir cada día con entusiasmo, porque; ¿Esperar a qué? ¿A un cambio del viento?, hay rachas eternas. ¿A un cambio de opinión?, hay gente que nunca la cambia. ¿A un golpe de fortuna? la fortuna no suele llegar siempre de golpe. ¿A un milagro?, bien, no digo que no ocurran, pero son tannnnnnnn escasos.
Esperemos todo eso si queremos y hagámoslo con confianza, pero por favor, no aplacemos absolutamente nada por ello y no dejemos de disfrutar ni un sólo día de nuestra vida, ni de prepararnos para aprender o para mejorar, ni tampoco de conocer, amar, sentir, gozar, reír... vivir en suma. Sea bienvenido lo que estamos esperando cuando nos alcance, (anhela algo por suficiente tiempo y ya no lo querrás, dice un proverbio Chino) pero mientras tanto, vivamos.
Aprendamos a bailar bajo la lluvia, porque la tormenta (cabe esa posibilidad) puede que nunca llegue a pasar.

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