Aquella escena que vemos todos los días. La persona que nos cruzamos por la mañana, el saludo que dejo de hacer, la luz del día que parece la misma y resulta ser otra. La invitación a ser profundos, a mirar el mundo, no sólo nuestro “pequeño mundo”, con otros ojos.
Cambiar la mirada nos hará cambiar el corazón.
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