Sigue siendo Adviento. Cada día de esta espera. Cada día de búsqueda. Cada día de preguntarle al mundo, a los otros, a la realidad, al tiempo, a la historia, al silencio, dónde hallaremos respuestas, dónde habita la justicia, cómo se nos llega Dios. Sigue siendo el momento de allanar los caminos, tan llenos de baches. Sigue siendo la ocasión para plantearnos los propósitos más audaces, más sinceros, y más ambiciosos, pues de escepticismo e indiferencia va el mundo lleno.
Y entonces, tal vez cuando menos lo esperemos, nos encontraremos en la noche desnuda, a la intemperie, reconociendo la grandeza de lo pequeño, adorando el Misterio...
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