PAZ


Cuántas veces de mañana 
salgo a caminar al campo 
y el silbido del arriero te nombra. 

Que haya paz en la Tierra,
 reza una vieja oración, 
y yo me pregunto y pregunto 
pero no me dan razón. 

Es por eso, viejo amigo, 
que un sólo favor te pido: 
alza tu sangre esta noche 
ven conmigo, ven conmigo. 

Y ayuda a encontrar respuesta 
a la paz que se ha perdido, 
a la paz que se ha perdido 
en el mundo de los hombres 
como un niño sin saber.

Y cada madre que pase, 
con un hijo en las entrañas, 
sabrá que la paz del mundo 
es un viento que acaricia 
y que crece en el amor. 

Ven conmigo, ven conmigo. 
Y por cada hombre que nazca 
cada soldado que vuelva, 
la sonrisa de una novia, 
la alegría de una madre, 
en tu pecho cantará. 
Ven conmigo, ven conmigo, ven conmigo. 

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